viernes, 18 de abril de 2014

Cuando se expulsa a los europeos de Europa

En estos días cuelga de la fachada el edificio Berlaymont de la Comisión Europea en Bruselas una enorme pancarta publicitaria que habla de la libertad de circulación de trabajadores y de personas. Una de las famosas cuatro libertades santificadas por el Tratado de Roma. Ignoramos si ha sido la
casualidad, el destino o una comprensión pelín aviesa y retorcida del significado de la oportunidad política, el que ha hecho coincidir esta gesta comunicacional de la Comisión con las noticias de que estados de la Unión usan la legislación comunitaria para expulsar a ciudadanos/as de sus fronteras. Los casos más notables: Bélgica y ahora Alemania, sin contar con Suiza, que forma también parte del espacio Schengen.

En una comparecencia en ESADE el 27 de marzo de este año el Comisario Europeo Almunia sentenció sobre la legalidad de esas normas: “Hay una norma de la UE de 2004 que permite que un país que ha acogido a un inmigrante pero que, pasado algún tiempo, no tiene medios de vida, pueda remitirlo a su país de origen”.

Almunia se refería a la Directiva 2004/38/CE que condiciona la libre circulación por razones de salud, seguridad y orden públicos y que, en sus artículos 7.1.b y 14.1, establece el requisito para las personas europeas inactivas o estudiantes, de demostrar que disponen de recursos y seguro médico suficientes para no convertirse “en una carga excesiva para la asistencia social del Estado miembro de acogida”.

El Reglamento UE 492/2011 que actualizaba el originario Reglamento que regulaba esta materia (CEE 1612/68) se extiende en explicar la condición constituyente del derecho a la libre circulación de trabajadores en el marco del proceso de integración europea, explicitando los derechos que les amparan a él y sus familias.

En este punto reside uno de los problemas de la normativa: el derecho a la libre circulación fue inicialmente predicable de la condición de trabajador, como derecho  complementario a la libertad de circulación de mercancías, capitales o servicios, en el contexto de creación y consolidación de un mercado único. Y aunque estas normas no establecían una definición única y clara de lo que entendían por “trabajador”, la doctrina del TJCE generó una jurisprudencia que hacía extensible esta condición a cualquier desempeño profesional por el que se perciba un salario, independientemente de la cuantía de éste o del sector profesional, o de la actividad realizada. Podía abarcar también a quien, habiendo trabajado en el país de acogida o teniendo un vínculo con su mercado laboral, estuviera eventualmente desempleado pero en búsqueda activa de empleo. Pero aún con esta perspectiva extensa de lo que debe entenderse como trabajador, que fue plasmada en la Directiva 2004/38, lo cierto es que el derecho a la libre circulación se mantiene subordinado a la construcción de un mercado único y sus exigencias por medio de los límites que establece también la Directiva respecto a las personas no activas. Así, se da la paradoja de que la libre circulación es un derecho ciudadano según la Carta de derechos fundamentales europea (artículo 45) y por lo tanto entra dentro de la categoría de derechos civiles o políticos, mientras se mantiene como derecho vinculado principalmente a la condición (ampliada) de trabajador.

En el contexto de la mayor crisis económica desde el crack del 29 y de la gestión neoliberal de la misma, esta circunstancia agudiza algunos de los procesos en marcha con resultados imprevisibles. En particular, es de destacar la asimetría entre las opciones de política económica y monetaria a disposición de los estados para hacer frente a la crisis y las exigencias de las instituciones europeas, de la moneda única y de la economía global. Efectivamente, los estados ya no disponen de la devaluación de la moneda o la inversión y gasto público para hacer frente al impacto producido por la crisis. Además, las exigencias del Pacto de Convergencia y otras medidas de gobernanza de la crisis (Six Packs, Two Packs etc..) les obligan a cumplir con rigurosos estándares macroeconómicos. Frente a esto, los estados solo disponen para equilibrar sus economías de lo que se ha denominado “devaluación interna”: un espectacular ajuste vía reducción de salarios, degradación de las condiciones laborales y recortes en las políticas de gasto público, para intentar mejorar sus estándares de competitividad en el mercado internacional.

La propia Comisión Europea se ve atrapada en un discurso que vincula el derecho a la libre circulación a los derechos propios de la ciudadanía europea, sin condicionamiento alguno a la movilidad laboral, que no es más que una dimensión específica del derecho ampliado a la ciudadanía. Así en su informe sobre la ciudadanía de la UE de 8 de mayo 2013, la Comisión Europea afirma que “la movilidad de los ciudadanos impulsa la economía de la UE”, refiriéndose por tanto a la libre circulación como derecho propio de la ciudadanía europea sin condicionantes económicos o laborales, y con efectos económicos positivos.

Se refuerza la impresión de que el diktat de los mercados financieros es el único eje a partir del cual
entender el proceso de integración en la actualidad. Y mientras, se consolida el hecho de una Unión Europea con profundas desigualdades en lo que se refiere a la distribución de ingresos y riqueza, y  como espacio productivo y comercial.

En este marco, la libertad de circulación aparecía de manera real como una vía de escape y de regulación laboral y social en el marco europeo. Desde el punto de vista del imaginario comunitario, se convertía en una promesa de solidaridad del Oeste con el Este, y especialmente del Norte con el Sur, ante las situaciones de colapso interno de estos últimos países.  La propia Comisión ha destacado en su mencionado informe de 2013 las virtudes de la movilidad laboral como “potente mecanismo de ajuste para hacer frente a los desequilibrios y contribuir a mejorar el ajuste entre empleos y cualificaciones, al tiempo que alivia el sufrimiento social entre los ciudadanos de la UE”, enfatizando así los efectos económicos positivos de la movilidad reciente en el marco de la UE, que cifra en 24 mil millones de euros de ingresos.

Pues bien, esta expresión de solidaridad europea  parece sin embargo ahora una puerta cerrada en términos económicos y un portazo en el imaginario de una identidad europea basada en la solidaridad y la empatía paneuropea, dada la deriva que están tomando determinadas legislaciones nacionales.
Y este portazo puede tener repercusiones mayores de las que se imaginan los que con tanta inconsciencia están gestionando la crisis económica en Europa.

La UE está pasando por su peor momento en términos de apreciación por parte de la ciudadanía europea. Según el último Eurobarómetro Standard Eurobarometer 80, la imagen de la UE se ha deteriorado en más de 23 puntos desde el año 2001. En la actualidad, sólo un 31% de los encuestados dice tener una imagen positiva de la UE, frente a un 39% que la tiene neutra y un 28% que la tiene negativa. La distancia entre la imagen positiva y negativa, que en 2001 era de 37 puntos a favor de la positiva, hoy es de sólo 3 puntos. Un 66% de la ciudadanía de la UE considera que su voz no cuenta para nada en los asuntos comunitarios, y éste, al igual que otros indicadores, pone de relieve la aparición y consolidación de una fractura Norte-Sur que hasta ahora no existía, no al menos con esta intensidad. A la pregunta de si se sienten o no ciudadanos de la UE, un 59% contesta que sí en términos agregados, frente a un 40% que niega sentirse ciudadano de la UE. Pero estos indicadores son radicalmente distintos siguiendo esta fractura Norte-Sur: en Alemania, 73% responden “sí”, frente a un 26% de respuestas negativas ; en cambio en Grecia, 58% responden “no” frente a un 42% que sí se consideran ciudadanos de la UE.

Si la evidencia de la fractura Norte-Sur comienza a ser una realidad que puede condicionar el futuro del proceso de integración, el duro golpe político y simbólico al imaginario de la UE en la cabeza y el corazón de los ciudadanos europeos puede ser aún más significativo.

La libre circulación es el derecho más apreciado
Cuando se interroga a los ciudadanos sobre los resultados positivos de la UE, la libre circulación de las personas goza desde hace muchos años del mayor apoyo y consenso. Para un 57% de los encuestados, éste es con diferencia el mayor logro de la UE, solo seguido por la paz entre los estados, con un 53%. Si consideramos que la paz lograda a través del proceso de integración formaba parte de los ideales fundacionales, y tenemos en cuenta que los siguientes ítems apreciados (Euro o programa Erasmus) figuran con apoyos del 25% y el 23%, salta a la vista  que la idea de la libertad de circulación se ha instituido como un factor simbólico de primera magnitud en el imaginario europeo. Un elemento que sigue alimentando el apoyo a la UE y que puede verse modificado por la evidencia de que se trata de un derecho condicionado y limitado.

La percepción pública de la libre circulación
Por último, esta limitación a derechos de ciudadanía evidencia la centralidad de la lógica del mercado y añaden un obstáculo más a la creación de un espacio público europeo. Sin embargo, la existencia de ese espacio es una  condición para que pueda conformarse un espacio político y democrático de deliberación y decisión, que contribuya a dimensionar a nivel de la UE lo que perdemos de manera irreversible en el estado nacional, y a construir un nuevo ámbito de articulación de intereses y de representación política.

Por eso, son urgentes iniciativas coordinadas de actores sociales y políticos que denuncien las situaciones de constricción a la libertad real de circulación, y sus consecuencias. Y que estas acciones expresen la solidaridad y el compromiso de los y las de abajo frente a las lógicas de los gobiernos y los intereses que representan. En estos momentos, la fractura Norte-Sur que se evidencia  en distintos ámbitos, es uno de los mayores riesgos para el proceso de integración europeo a medio plazo. Es difícil seguir observando a los dirigentes europeos enredados en su jerga comunitaria, mientras el edificio de la legitimidad ciudadana se resquebraja a ojos vista.

viernes, 11 de abril de 2014

La lucha de los cantautores por las libertades democráticas


Elisa Serna, cantautora y represaliada política 

Articulo publicado el 6 de diciembre de 2009 en publico.es: 

http://blogs.publico.es/elisaserna/2009/12/06/al-constitucionalista-desconocido/

Con la alegría del Eureka! que exclamó Borth en su laboratorio, cuando por fin pudo visualizar el átomo tras someterlo a la cámara negra y la luz espectral, me abro paso hoy, entre las brumas del tiempo para narrar a los jóvenes y a quien pudiera interesar, un acontecimiento cultural que, inopinadamente, brotó impetuoso en toda España desde 1956 hasta nuestros días: los cantautores.

La España que nos vio crecer

Hacía un año que el filosofo José Ortega y Gasset había muerto y el partido comunista había desactivado la guerrilla o maquis que había hecho perdurar con las armas en la mano y mucho coraje, la razón republicana de 1931.

Rafael Alberti y Paco Ibañez: "A galopar"
Hegemónico el franquismo desde 1939, los años cincuenta son el apogeo de la deshumanización que acometió a los vencedores de la guerra civil, tras su triunfo, el 1 de Abril de 1939.Se sabía sometarrado, escondido, en secreto, que cientos de miles de presos republicanos estaban siendo torturados y fusilados e n lo que las fuerzas victoriosas denominaron Batallones Especiales de Trabajadores Voluntarios…

La prohibición de todas las filosofías o ideologías distintas del nacional-catolicismo seguía perjudicando el desarrollo en libertad de la propia conciencia, convirtiéndose en un delito contra la salud mental pública, que de nuevo tras los nueve años de la II Republica, atenazó y en algunos casos paralizó – como durante los cuatro siglos de Inquisición, 1492-1813 -, las funciones racionalistas de un gran porcentaje de los habitantes de esta Piel de Toro. Volvieron algunos a presumir de no saber, de no entender, ni de números ni de letras, como asevera sucedió en la España inquisitorial, el historiador Américo Castro.

El cerco a periodistas, intelectuales y artistas

La más estricta imposición de mecanismos de Censura, que perdurará hasta 1978 y es el nacional-flamenquismo en las músicas populares, una impostura lacerante en Galicia, País Vasco, Cataluña o Madrid. Tablaos de Coros y Danzas con pololos, llegan hasta la aldea más pequeña, donde las Flechas Falangistas preceden al rótulo del pueblo, para ocupar en la Plaza del Generalísimo, antes de la Constitución, el lugar -jamás la función- de las Misiones Pedagógicas de la II República.

La Iglesia Católica, Apostólica y Romana que también financiara el Golpe de Estado de 1936, confiesa, encubre y perdona a militares, requetés, monárquicos, caciques, banqueros, delatores, portadores de Penas de Muerte o verdugos con objeto de ir exterminando
Raimon, Recital en Económicas , Madrid
físicamente a los republicanos supervivientes de la Guerra Civil, que habiendo llegando al número de trescientos mil, se vieron atrapados y sin escapatoria, en las Prisiones y Campos de Concentración que existieron desde 1939 en nuestro país, mientras la Judicatura franquista preparaba la Causa General , el Tribunal de Responsabilidades Políticas, o el Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, con cuyas incautaciones financiaba todos sus actividades el régimen franquista en aquellos años, como el Genocidio programado para el exterminio de presos.

Eso pasaba mientras nosotros estudiábamos guitarra, canto y les poníamos música a los poetas de la Generación de 27.Mientras curas obreros, estudiantes alerta, trabajadores despiertos, nos cedían los pequeños locales y cuchitriles en que podían tener acceso.

El caldo de cultivo

Elisa Serna: "Este tiempo ha de acabar"
Tras la Guerra Civil, se daba un arquetipo de cura asilvestrado que con seguridad y ademanes pseudonavarros. señalaba con regocijo y para hacer méritos, el lugar exacto del campanario, desde el que dispararon sin miedo a labradores, mujeres y niños, jóvenes de la “quinta del biberón” que como improvisados oficiales del Frente Popular supieron –desde su analfabetismo- defender los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad de que gozaron con la República.

Retumbaba la España de los cincuenta con el grito –al cuello de su camisa- de Amnistía o Libertad que los cientos de miles de prisioneros republicanos lanzaban al mundo, desde las obras que como esclavos realizaban, a pico y pala, que no había excavadoras: una sardina y un cuarto de chusco al día, les hambrearon hasta que algunos dejaron de saber quiénes eran. Fue el caso de mi tío Moreno, de mi padre, el valiente capitán de artillería de la 42 Brigada Mixta, Batallón 167, el de los segovianos.

Una voz rasga la noche franquista…

María del Mar Bonet: "Cançons de Menorca
Y estando en esas, Paco Ibáñez, en París, con su padre en el Campo de Concentración de Argelés, miró un día el rostro compungido de su madre y le puso música a la primera canción del último “Mester” de Trovadores, el de Libertad”: La más bella niña… que quería que la dejaran llorar tranquila, a orillas del mar… Corría el año de 1956.

Tenían los Beatles que comer todavía mucho fish and chips, pescado y patatas fritas, en el kiosco de Tottenham Court Road y a Manolo Escobar no le habían robado el carro aún, cuando sigiloso y encorvado, como el Inspector Gáchet, Chícho Sánchez Ferlósio volvía de los Países Nórdicos con un disco de culto escondido en el forro del pasamontañas.

Allí Chícho, cabalmente -en pleno Pacto de Silencio- nos abría los ojos de la conciencia cantando: “cuando canta el gallo negro es que ya se acaba el día, si cantara el gallo rojo, otro gallo cantaría” Nos informaba en verso de que en la temible Dirección General de Seguridad franquista de la Puerta del Sol de Madrid, -cuya memoria histórica ha sido blanqueada por Alberto Ruiz Gallardón- Chicho “había conocido el crimen esa mañana”, que ”su pena tenía color de sangre humana” que “solo nubes y polvo lo presenciaron: Julián Grimàu, hermano, le asesinaron, le asesinaron” y proseguía trovando: “que no fuéramos a trabajar, que dejáramos quieta la herramienta, que era hora de luchar” y concluía “a la huelga diez, a la huelga cien, a la huelga madre, yo voy también, yo por ellos, madre, y ellos por mí”.

Creación-represión-creación

Otro colega catalán, Raimon, vino a la Facultad de Económicas, como se sabe, a decirnos que pusiéramos la cara Al Vent y no al Sol, que estábamos “todos llenos de noche, buscando a Dios (al Dios desconocido, al Dios de Aristóteles, buscando la mejor celada de nuestra lógica contra la Dictadura, se sobre-entendía).

Chico Sánchez Ferlosio: "Gallo rojo, gallo negro"
Esos años la Policía Armada , a caballo, la Brigada de Investigación Social, que hasta en los días de lluvia abría el periódico en las esquinas, para disimular, y el Tribunal de Orden Público al unísono, no daban abasto en los campus universitarios. En la DGS suicidan al estudiante Enrique Ruano. Expedientan y expulsan en la Complutense a los catedráticos que introducen la filosofía marxista en la Universidad: Enrique Tierno Galván o José Luis Aranguren, entre otros, pero se crea el Sindicato Democrático de Estudiantes uno de cuyos dirigentes, Enrique Ruano, es suicidado, [arrojado desde una ventana] como Julián Grimau.

Entonces, Luis Serrahima, conmocionado por la noticia y desde Barcelona, escribe el poema ¿Qué volen aquesta gent? sobre la muerte de Enrique Ruano, que Maria del Mar Bonet interpreta hasta la lágrima.

Corre o disparo, ayer

Blindada hasta las cejas de Carrero Blanco, la Censura Franquista, la prensa -si mencionaba estos acontecimientos- era añadiendo, por orden de los servicios secretos del Régimen, que la Policía o la Guardia Civil había disparado al aire. Pero en Leganés quien cayó muerto fue un obrero de la construcción, sin alas: Pedro Patiño, que también tiene su romance. Antes oyó el grito habitual, a la carrera, como el ganado, con la lengua fuera: Corre o disparo!

Esperanzados, hoy

Imanol: "Orain Borrokarenean"
Por eso hoy , 10 de Octubre de 2007,dia en que la presión sostenidas de cientos de Asociaciones Memorialistas han conseguido – con nuestros diputados a la cabeza, la entrada en vías de debate en comisión en el Congreso de los Diputados de España, insisto en la Memoria de aquel, yo le llamo, Mester de Libertad y rindo homenaje desde aquí, a las cantautoras y cantautores que, siguiendo el ejemplo de nuestros cabales Paco Ibáñez, Chícho Sánchez Ferlósio, Teresa Rebull o Raimon, se comprometieron en Galicia, Euskal Herria, Cataluña y resto del Estado con la Libertad. Un Cancionero tradicional ya que sigue acompañando los momentos álgidos de la lucha de las trabajadoras y trabajadores de toda especie, en nuestra tierra; la Crónica Cantada de los acontecimientos que el franquismo prohibía saber y en vano pretendió encubrir. Todos sintieron el zzzip de la tijera a lo mejor de su obra y la sombra larga de la Inquisición en el Tribunal de Orden Público.

A pesar de la represión, siempre adelante

La aparente inmovilización y silencio impuesto en nuestro país desde 1939 a 1978, mantiene intacto el coraje y el valor de los republicanos supervivientes a la Guerra Civil, a pesar de la represión “universal” por completa, que mediante hambreados, incautaciones, humillaciones, palizas, torturas, condenas a muerte, “paseos”, “sacas”, va distribuyendo la Judicatura Militar Franquista, mediante la creación de mecanismos como la Causa General, el Tribunal de Responsabilidades Políticas, la Ley de Fugas, la de Peligrosidad Social, el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo o el Tribunal de Orden Público.

Hilario Camacho: "Madrid amanece"
Pero igual que contemplamos, cada Primavera, los cerezos nevados del Valle del Tiétar y bien sabemos que detrás de cada flor, brotarán arracimadas las afrodisíacas cerezas rojas, la palabra de Blas de Otero, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Miguel Hernández o Antonio Machado cantadas por Paco Ibáñez o los poemas propios de Chicho Sánchez Ferlosio, Raimon, José Meneses, Imanol o Miró Casabella restablecieron y abrieron las compuertas cerradas por el franquismo al asesinar o enviar al exilio a los artistas e intelectuales, que con las Misiones Pedagógicas habían llegado hasta la aldea más pequeña de España, de 1931 a 1939.

Arriesgaron su carrera y su vida en ese afán, como lo demuestran las varias -dolorosas e indignantes- muertes prematuras de cantautores: Ovidi Montllor, Manuel Picón, Carlos Cano, Indio Juan, Imanol, Carmen Santonja entre otros. Triste el corazón por ello, redoblan nuestros cabales una frenética agitación cultural en España y en el mundo, que pronto, tras el pétalo blanco del verso, haría brotar airados, rojos y afrodisíacos, sus frutos: el Mester de Libertad.

El efecto Cantautor: el puente a la Generación del 27,
la toma de conciencia, la afiliación, la financiación de la lucha

Luis Pastor: "Vamos juntos"
En la década que prosigue, arracimados y alertas, ante la negrura del sistema, estampan la belleza de sus voces y poetas, en grupos como Voces Ceibes, Bibiano y Benedicto en Galicia, Ez doc amairu en el País Vasco, Nova Cançó, Miquel Porter, Serrahima, Quico Pí de la Serra, Ovidi Montllor, Mª del Mar Bonet, Llach, Marina Rossell, Subirachs, Montaner, en Cataluña, la Fanega o el Mester de Juglaría en Castilla, Labordeta o La Bullonera en Aragón, All Tall en el País Valencià, Pablo Guerrero y Luis Pastor en Extremadura, Canción del Pueblo en Madrid, Adolfo Celdrán, Elisa Serna, Hilario Camacho, o Manifiesto Canción del Sur, Carlos Cano o Aurora Moreno en Andalucía.

El “efecto cantautor”, imprescindible y necesario, se traduce en esos años en una pérdida del miedo en cuantos abarrotaban los recitales que con los mecheros encendidos, cantaban a coro balanceándose rítmicamente, todos juntos, con los auditorios a reventar: A Galopar hasta enterrarlos en el mar, o Chola mano, hermano, o Con tu puedo o mi quiero, o habrá y día entre todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga Libertad, o L’Estaca, o Resistirem mes encara, o el Romance de Juan Garcia, o La Murga de los currelantes, etc. etc. etc.

Pablo Guerrero; "Tiene que llover a cantaros ..."
Cantando y bailando, miles de espectadores en la Universidad, los Teatros, los barrios, los garajes, camiones, asociaciones de vecinos, ateneos de barrio, Fiestas anuales, aulas o también algunas Iglesias “pastoreadas” por Cristianos por el Socialismo seguidores de la Teología de la Liberación, toman conciencia de la existencia en Europa y la hermosura de los Derechos Humanos y la Libertad plena.

Como hace Marcello Mastroiani en Sostiene Pereira, ante la crueldad de la represión franquista, los ciudadanos -entonces súbditos- dan el paso, se cuelgan el morral de los panfletos. Se comprometen, se suman a otros, y por fin se afilian masivamente en asociaciones, sindicatos o partidos clandestinos, con las más variadas filosofías marxistas. Luego, se “trenzaron las banderas” sindicales o partidistas -reconozcámoslo- a la luz de la política de Reconciliación Nacional y el Pacto por la Libertad de los más organizados y numerosos, en los años de clandestinidad: el Partido Comunista de España, para la reconstrucción de la Democracia en nuestro país, donde la “soledad iba a desaparecer”, según canta Silvio Rodríguez.

Pero nada podrían haber avanzado en la propuesta de “partido y sindicato de masas” que nos lanzara Togliatti desde Italia, sin la entrega generosa de los Cantautores, las CCOO, la UGT, la USO, los Cristianos por el Socialismo, el PSOE, la CNT, la Liga Comunista, LCR, el Partido de los Trabajadores, la ORT, el Movimiento Comunista, etc.

José Antonio Labordeta: "Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra, que ponga Libertad"
Queda pues demostrado y con ello concluyo, que los Cantautores pusieron las primeras piedras de la Democracia que disfrutamos hoy en España Reconstruyeron el puente entre la generación poética, los ilustrados y los intelectuales del 27, que trajeron la II República.. Optaron por la categoría musical de los instrumentos y las músicas propias de nuestras culturas. Y lo más hermoso: aunque tuvieron que encajar la Censura, Multas Gubernativas, Órdenes de Busca y Captura, retiradas de pasaportes, emprisionamientos, interrogatorios, o la ominosa vigilancia permanente de la Brigada de Investigación Social, la Policía Armada, la Guardia Civil y “otros servicios afectos” volverían a poner toda la carne en el asador, si por un quiebro raro de nuestra Historia, los valores de la II República, Libertad, Igualdad y Fraternidad, se vieran amenazados.