Teresa Aranguren, nuestra compañera periodista y escritora, especializada en Próximo Oriente
Articulo publicado en:
http://www.lamarea.com/2014/07/12/morir-en-gaza/
Ya ha ocurrido antes. Todo se repite. Israel bombardea Gaza. ¿Y qué?
Todo pasa sin que pase nada. Una y otra vez. A esta matanza le precedió
otra, le llamaron Pilar Defensivo ,noviembre de 2012, 150 muertos, y
antes fue , Plomo fundido , diciembre 2008-enero 2009 , 1400 muertos , y
Lluvias de verano en el verano de 2006 , 450 muertos, y Dias de
Penitencia en septiembre de 2004, y Cinturón Defensivo en abril de 2002,
en Cisjordania, 545 muertos… Una y otra vez.

Conviene recordarlo. Porque el relato que señala los cohetes de Hamás
como desencadenante de esta escalada de violencia es falso. Está
elaborado para ocultar la realidad. No es el relato de los hechos. Es el
relato israelí de los hechos. Y siendo la versión israelí, es también
la estadounidense, y siendo la versión estadounidense, es también, para
nuestra vergüenza, la de la diplomacia europea. Y la de los grandes
medios estadounidenses y europeos.
Pero el punto cero de la escalada de violencia que desemboca en esta
matanza contra la población de Gaza, no está en los cohetes lanzados
desde la Franja , ni en el asesinato de tres jóvenes israelíes en
Cisjordania, ni en el del adolescente palestino que vino después,
tampoco en el impacto de las imágenes recogidas días antes por la cámara
exterior de una tienda de Ramalla en las que vimos caer, alcanzados por
disparos de un francotirador del ejército israelí, a dos chavales que
paseaban tranquilamente por la calle. En realidad el desencadenante, o
más exactamente, la razón de esta última demostración de barbarie, no es
un acto de violencia, sino lo contrario, un acto de paz, un compromiso
de reconciliación. Entre palestinos. El acuerdo entre Fatah y Hamas que
ha conducido a un gobierno de unidad nacional y al anuncio de elecciones
presidenciales en el plazo de unos seis meses. Ese es el desencadenante
de esta escalada. Y su objetivo.

El caso es que los palestinos que, mal que le pesara a Golda Meir, existían antes de que existiese Israel y además tienen la terca manía de seguir existiendo, parece que, pese a todas las dificultades y suspicacias, estaban en vías de recomponer la perdida unidad, su más preciada arma de pueblo resistente. Esta vez el afianzamiento del gobierno de unidad nacional, incluido un cambio en la postura europea hacia Hamas, parecía posible. Y eso no es algo que el gobierno israelí esté dispuesto a tolerar. Hamás nunca ha sido la causa ni el objetivo. El objetivo es el acuerdo de unidad nacional. Para acabar con este acuerdo, están bombardeando Gaza.
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